Techo radiante, ¿el sistema de climatización del futuro?

El sistema de calefacción por techo radiante se asocia, en los últimos tiempos, a las casas del futuro, pero lo cierto es que es una realidad en algunos países del norte de Europa desde hace algunas décadas. ¿Una calefacción en la que el calor viene desde arriba, en lugar de desde abajo, como lo ha hecho siempre? A muchos les sonará a verdadera ciencia-ficción, pero vamos a comprobar que, además de factible, se trata de una solución con numerosas ventajas.

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techo radiante

¿Cómo funciona el techo radiante?

El sistema de techo radiante tiene su fundamento en la transmisión de calor por radiación. El calor avanza como una radiación infrarroja que se desplaza en el espacio. Una buena forma de entender su funcionamiento es el de compararlo con la manera en la que llega hasta nosotros la energía y el calor del sol. Otros dos modos de que el calor se pueda transmitir son el contacto y la convección, ésta última utilizada a través del aire en la calefacción convencional (radiadores, estufas, etc.). Cuanto mayor es la superficie emisora, mayor es la radiación y más calor se obtiene cuando este se encuentra con una materia sólida.

¿Cuáles son sus principales beneficios?

Estas son las grandes ventajas que brinda el techo radiante

  • Evita la estratificación. Con los tradicionales sistemas de convección se experimenta lo que se conoce como una pérdida del aprovechamiento del calor, ya que este se mueve hacia arriba. Este fenómeno, conocido en el ámbito técnico como estratificación, se evita porque solo cuando los infrarrojos encuentran un cuerpo físico se transforman en calor.
  • Facilidad de instalación y rapidez. A diferencia del suelo radiante, con el que suele ser comparado, su instalación puede efectuarse con extrema facilidad y rapidez, incluso una vez instalado otro tipo de techo. En estancias altos puede usarse incluso instalarse un falso techo iluminado. El suelo radiante, por el contrario, tiene únicamente sentido instalarlo cuando o bien cuando se realiza la construcción o bien en el caso de una remodelación completa de la vivienda. Por otra parte, no requiere mantenimiento.
  • Es más uniforme. Su distribución a lo largo de todo el techo hace que el calor no proceda de un único lugar, sino que se distribuya por igual en la estancia. Hay una temperatura homogénea en todo el lugar sin que se produzca un movimiento del aire. Además de ello, si es necesario admite una regulación diferente de la climatización en distintas estancias. 
  • Es más eficiente. El sistema de calefacción por techo radiante es más eficiente y, por lo tanto, consume menos cantidad de energía, lo que supone un importante ahorro económico. Se estima que, para obtener la misma temperatura ambiental, el sistema necesita casi el 50% de la temperatura en el líquido calefactor que un sistema convencional. Es especialmente eficiente en lugares con techos elevados, como oficinas, hangares, centros comerciales, etc.
  • Es más sostenible. El menor consumo y la mayor eficiencia que los habituales sistemas de calefacción por convección hacen que el techo radiante sea el método de climatización más respetuoso con el medio ambiente, algo a tener en cuenta en las construcción de edificios residenciales y de trabajo.

     

     


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