Reformar una casa sin incurrir en sobrecostes

reformar una casa

El momento de reformar una casa es uno de los que más preocupaciones genera a los propietarios de una vivienda. Las razones para hacerlo pueden ser el deterioro por el paso de los años, el querer actualizarla con un nuevo estilo, o el deseo de renovarla una vez adquirida por un nuevo comprador. El desembolso económico en el que se va a incurrir es una inquietud habitual, ya que son muchos los que temen que un presupuesto inicial termine por irse de las manos y disparar el verdadero coste. Para evitar los sobrecostes que pueden transformar una reforma en una mala experiencia te ofrecemos los siguientes consejos.

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Mejor planificación es sinónimo de mayor éxito

 

Para reformar una casa con éxito es imprescindible reflexionar sobre qué queremos conseguir con ello. Debemos preguntarnos hasta dónde queremos llegar y que fin tendrán los cambios, tanto a corto como a largo plazo. ¿Quiero hacer un cambio de apariencia o, por el contrario, deseo reformar aspectos como la fontanería y la electricidad? ¿Cuál es el tipo de vida que hago en mi casa (trabajo, ocio, etc.)? ¿Tengo una familia corta o extensa? ¿Necesito aumentar o reducir el número de habitaciones? ¿Quiero darle más luminosidad?. Las respuestas a este tipo de preguntas nos ayudarán a centrarnos en lo que estamos buscando y a acertar en nuestro planteamiento.

El arquitecto, clave

En el caso de que quieras hacer la reforma de una casa nueva, un arquitecto será el profesional que podrá indicarte en qué estado real se encuentra la estructura de la vivienda. Contratar a un arquitecto te ahorrará problemas serios. También es la persona que puede solicitar la licencia de obras. Será quien mejor te podrá asesorar a la hora de pedir la licencia de obras mayores, que es necesaria para alterar la estructura, ampliar sus metros, etc. Si no obtienes esa licencia, solo podrás alterar la parte interior de la vivienda.

Parte de un presupuesto base cerrado… pero también hazlo flexible

El primer paso que debes dar cuando quieras reformar una casa es pedir un presupuesto para ello o, si lo vas a hacer tú mismo, realizar una estimación del coste de los materiales que necesitarás, así como de las horas que le dedicarás a ello. Una buena forma de acertar es fijar una cantidad que te parezca razonable y que incluya un sobrecoste imprevisto. Si, por ejemplo, fijas el presupuesto en 30.000 euros, hazlo de tal forma que contrates la reforma por 25.000 euros, así dejarás un remanente de 5.000 euros para lo que pueda surgir sobre la marcha. Cuando pidas un presupuesto, pide siempre que sea cerrado, para evitar sorpresas. Compara entre al menos 3 ó 4 y pide el mayor desglose posible. Las grandes diferencias entre distintos presupuestos pueden residir en el coste de la mano de obra.

Plantéate la ‘obra seca’

Se trata de un tipo de reforma más rápida y económica, llamada así porque emplea materiales que se encastran o se clavan, lo que no hace necesario esperar al secado. Cambiar el suelo antiguo tarima flotante, suelo de resina o, incluso, opciones más económicas como linóleos autoadhesivos abaratan mucho el precio y forman parte de este tipo de obra. Otros ejemplos son el uso de paneles de pladur en lugar de paredes de ladrillo para tabiques, techos o grandes estanterías. 

Puertas y ventanas

Sustituir una puertas y ventanas antiguas o en mal estado por otras modernas y que aíslen del frío puede suponer uno de los mayores desembolsos económicos de la reforma, pero al mismo tiempo nos permitirán ahorrar en gasto de energía para mantener la vivienda calefactada. Sin embargo, si solo queremos reformarlas y darles un aire nuevo, lacarlas es una buena y barata alternativa. La semi-laca es otra opción que ha llegado hace menos tiempo al mercado pero que también es efectiva y aún más barata.

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