Cada vez es más común el uso de un techo acústico en locales comerciales e incluso viviendas. Lo que hasta hace poco tiempo era exclusivo de teatros, salas de conciertos, aulas, discotecas y otros lugares de ocio de gran aforo, se está extendiendo y hoy son numerosas las personas que se interesan por una tecnología que es capaz tanto de aislar el sonido como de absorberlo.

Precisamente en este último matiz es en el que podemos distinguir el uso que se le puede dar a un techo acústico; puede ser útil para que el sonido no se transmita de una estancia o un local inferior a otro superior, o bien lo podemos emplear para que dentro de la estancia o el local se eviten los ecos y los sonidos molestos. Este primer tipo de techo es conocido como techo acústico insonorizado, mientras que el segundo es un techo acústico absorbente.

¿Cómo funciona?

La reverberación del sonido es la responsable de que cuando entramos en un local, por ejemplo en una tienda, y hay varias personas hablando en su interior, percibamos el sonido multiplicado, lo que se convierte en una situación desagradable. En un restaurante, en el que varias personas pasan tiempo a la vez conversando, ese sonido puede llegar a ser muy molesto. Si las paredes están fabricadas en materiales como el cristal, los suelos son de mármol o el techo es de escayola, el ruido puede generar un gran inconveniente.

El funcionamiento de un techo acústico tiene su base en los beneficios que ofrecen los materiales fonoabsorbentes, ya que son capaces de absorber el sonido debido a su porosidad. Ya sean fijos o desmontables, suele constar de una perfilería lacada (en muchos casos de aluminio) y placas desmontables con fibras absorbentes. En ocasiones se opta por instalar techos de apariencia tradicional, como escayola o madera, pero que encima de ellos tienen una manta de material fonoabsorbente. En la escayola o en la madera se realizan unas perforaciones por las que el sonido penetra y después es absorbido.

¿Cuáles son sus beneficios?

Aunque cada vez es más conocido, aún son muchos los usuarios que no están familiarizados con las ventajas que ofrece la instalación de un techo acústico:

• Reduce el nivel de estrés. Está comprobado que elevados niveles de ruido, en especial de forma continuada, pueden generar altos niveles de estrés, lo que a su vez tiene consecuencias muy negativas sobre la salud y el propio rendimiento de los trabajadores.
• Favorece la privacidad. En muchos ámbitos laborales las salas de juntas y los despachos requieren de especial intimidad y confidencialidad, por eso es importante que no se filtren conversaciones de forma indeseada.
• Mejora la imagen de un negocio. El silencio es un bien cada vez más preciado, por eso cada vez más oficinas, locales y consultas realizan este tipo de instalaciones, que evitan que haya que hablar a voces.
• Seguridad y resistencia. Un techo acústico soporta la humedad del ambiente, algo que puede resultar muy útil en lugares en los que se realiza deporte, por ejemplo un gimnasio. Además, por normativa, este tipo de techos son resistentes al agua. Su menor peso, por otra parte, lo convierte en más seguro en el caso de producirse un desprendimiento.