Restaurar una casa antigua es siempre un reto lleno de dificultades, pero también una fuente de satisfacción. Dar nueva vida a un hogar que, por el paso de los años o por que ha estado deshabitado, se ha deteriorado, implica una gran planificación y un gran número de acciones. Saber cómo afrontar las reformas necesarias, respetando la esencia de la casa, es algo que debe hacerse contando con la mayor experiencia posible, asesoramiento técnico profesional y, por supuesto, la opinión de los habitantes de la casa. A continuación te brindamos algunas claves para que el proceso de restaurar una casa antigua sea un éxito.
El papel de la administración
Nos guste o no, el proyecto de restauración debe contar con varios permisos y licencias para poder realizarse. Es imprescindible que, antes ni siquiera de planificar la intervención en la casa, consultemos a las administraciones qué y qué no podemos realizar. También nos informaremos sobre las tasas que hay que abonar por las obras. En España abundan las casas con valor arquitectónico y cultural, lo que significan que están protegidas. La cara buena de la moneda es que, por otra parte, es posible recibir subvenciones de distintas cuantías para efectuar la reforma.
Los ayuntamientos, de acuerdo con normativas estatales, tienen las competencias sobre las reformas de viviendas. Se establece la distinción entre ‘obra menor’ y ‘obra mayor’. La primera se refiere a reformas en las que no es imprescindible que participe un arquitecto técnico o un ingeniero, mientras que en la segunda sí es obligatorio.
Empezar por lo más básico
Parece obvio, pero no habrá restauración que se precie sin un análisis, lo más detallado posible, de la estructura de la casa. Aquí es donde juega un papel clave el arquitecto, que será el encargado de determinar si hay que reforzar pilares, instalar contrafuertes, etc. También hay que valorar la necesidad de mejorar el aislamiento térmico y acústico. El estado del techo determinará si hay que reforzarlo o merece la pena colocar uno nuevo. Es básico, también, comprobar cómo se encuentran las instalaciones de agua y de electricidad. Tanto el aislamiento como las mejoras en el funcionamiento de los sistemas de abastecimiento de agua y electricidad deben realizarse bajo lo más estrictos estándares de eficiencia energética. No solo se contribuirá a la sostenibilidad del medio ambiente, sino que repercutirá de forma directa en el consumo de la casa.
La distribución de los espacios
La distribución de las estancias entra dentro de la planificación a la hora de restaurar una casa antigua. Habrá algunos espacios, como la cocina y los baños, que estarán condicionados por la ubicación de las tuberías y bajantes, aunque en una restauración integral éstas también podrían modificarse. A la hora de distribuir espacios como el salón, el comedor, un despacho o las habitaciones es clave considerar la orientación de la casa con respecto al sol y el uso que se quiere dar a cada espacio. Aquí el tipo de decoración que queramos utilizar comienza a jugar un papel importante, porque será el momento idóneo para optar por espacios diáfanos o cerrados, o para jugar con tabiques y separaciones.
Menos es más
La sencillez puede jugar a favor de nosotros a la hora de restaurar una casa antigua. Si ésta ha sido fabricada en materiales que ya no se emplean para nuevas viviendas, pero que le otorgan autenticidad, podemos usar eso a nuestro favor y combinarlos con elementos modernos. Todo ello sin generar un conflicto estético entre ambos, sino haciendo que sean complementarios. Por eso el equilibrio es una parte clave en la decoración de las casas antiguas. En lugar de introducir muchos muebles nuevos, puedes rehabilitar los viejos dándoles un mejor aspecto, o apostar por una pieza de diseño moderno en una estancia de paredes de piedra.
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