A la hora de diseñar cuartos de baño modernos, debemos prestar una atención especial a los suelos y paredes. Sobre estas, nos remitimos a lo explicado para el diseño de cocinas modernas, tanto en lo concerniente a la instalación de azulejos como a tipos de revestimiento posibles, con especial mención aquí a las pinturas y los componentes antimoho, básicos para mantener en buen estado paredes, techo y suelos dada la gran cantidad de humedad a la que se hallan expuestos.

Este post trata sobre los suelos de baños modernos y cómo instalarlos. Si te interesa el tema, no dudes en descargar nuestra guía gratuita Cómo equipar y decorar con estilo baños y cocinas:

Sobre los suelos, en primer lugar debemos decir que, si bien podemos embaldosar un nuevo suelo encima de la vieja cerámica ya existente, lo más recomendable para evitar escalones, que nos obligarían a retocar puertas y cierres, además de dificultar el acceso al baño situándolo a unos centímetros por encima del nivel del suelo del resto del hogar, lo más recomendable es repicar el suelo y dejarlo nuevamente virgen, sin baldosas de ninguna clase. Más aún si pretendemos cambiar o instalar componentes como retretes, platos de ducha, bidés... los cuales deberían colocarse con anterioridad al embaldosado. Por ello, si este es nuestro caso, tendremos que anteponer la lectura del siguiente artículo de esta serie antes de instalar las baldosas del suelo, el tema del que nos ocuparemos tras ver brevemente qué tipos de suelo podemos elegir para nuestro baño.

Tipos de suelo

Aunque existen varios tipos de pinturas para pintar suelos sometidos a grandes niveles de humedad y flujo constante de agua, sobre todo elaboradas con base de resina, os recomendamos que optéis por alguno de los sistemas de embaldosado que mencionamos a continuación, resumidos básicamente en dos grandes grupos:

• Baldosas: existen baldosas para suelo de muchos colores, formas y medidas distintas. Su instalación es muy sencilla y económica, sobre todo si podemos hallar restos de stocks que no tienen salida comercial porque la superficie que pueden cubrir las piezas que quedan no puede ser de grandes dimensiones.

• Mosaicos: existen baldosas que imitan a los mosaicos, pero sin duda un modo original de disponer de un cuarto de baño moderno es contando con un mosaico auténtico en el suelo. Claro que esta opción puede resultar algo más cara que la anterior, y que el tiempo de instalación se incrementa notablemente, pero los resultados son verdaderamente magníficos.

A parte de los distintos tipos de revestimiento existentes, lo que también deberemos valorar detenidamente, en relación con la distribución del espacio, es la confección del suelo en función de su uso. En este sentido, también tenemos varias posibilidades, que resumimos del siguiente modo:

• Suelos tradicionales: con un embaldosado típico, que enmarca los distintos elementos y linda con el espacio destinado a la bañera o el plato de ducha. Para este tipo de suelos, los componentes con pie o volantes (pegados a la pared) son opciones, ambas, perfectamente compatibles.

• Suelos integrados: llamaremos así a los suelos de baño que actual de base para la ducha. Es decir, que todo el cuarto de baño (o buena parte de él) está integrado dentro de la ducha. Este sistema está especialmente indicado para espacios reducidos, y obviamente requerirá un teléfono de ducha lo suficientemente extensible como para llegar a cualquier rincón del baño. Además de ahorrar espacio, este diseño permite un lavado del baño más cómodo y rápido, y los elementos volantes (bidés, retretes, lavabos... pegados a la pared, sin pie) están especialmente indicados para estos casos. Por supuesto, este tipo de suelos deberán contar con uno o varios desagües, y con una leve inclinación para evitar que el agua se acumule en rincones, y fluya fácilmente hacia el sistema de drenaje.

Instalación del suelo

Para instalar un suelo de baldosas, necesitaremos las siguientes herramientas:

• Baldosas

• Cemento-cola

• Mortero para juntas

• Nivel

• Metro

• Escuadra

• Regla

• Llana (lisa y dentada)

• Tenazas

• Paleta

• Maza de goma

• Cortador de cerámica

Antes de empezar, y después de haber quitado las baldosas preexistentes, deberemos eliminar cualquier resto de polvo y suciedad barriendo, aspirando y limpiando con agua y detergente tras comprobar que el suelo es perfectamente plano y no presenta ninguna irregularidad.

Tras ello, dividiremos el suelo midiendo una superficie múltiple de la superficie de cada baldosa, dejando los extremos del espacio (rincones, etc.) sin cubrir, de momento. El objetivo es trazar una superficie lo más amplia posible para aprovechar al máximo las piezas enteras. Un buen modo de hacerlo es dividir el espacio marcando dos ejes en cruz, encontrándose en el medio y marcando así el punto desde el que empezaremos a colocar nuestras baldosas.

Primero, dispondremos las piezas sobre el suelo sin encolar, presentándolas para comprobar que todo coincide y que sacamos el máximo partido al espacio y al material. Debemos realizar este paso conservando fielmente las separaciones pertinentes entre las baldosas, ayudados por las crucetas que habitualmente se incluyen con las piezas de cerámica y/o gres para suelos y paredes (en el caso de los suelos, acostumbran a ser algo más gruesas).

Una vez presentado el suelo, empezaremos a encolar baldosas, de un modo muy similar al sistema usado para las paredes, con ayuda de la llana dentada y empezando por la hilera de baldosas más cercana la pared opuesta a la puerta de entrada al baño. Es recomendable aplicar el mortero-cola tanto en el suelo como en el reverso de cada baldosa, y comprobar con el nivel que, tras disponerse toda la hilera, el suelo mantiene la misma inclinación (recordad que para suelos con sistema de drenaje central, la inclinación debe apuntar al desagüe). Para corregir desniveles indeseados, usaremos la maza de goma golpeando suavemente la baldosa para que adopte la posición correcta.

Una vez terminado el trabajo, y antes de que se endurezca el mortero, debemos retirar las crucetas y esperar un mínimo de 24 horas antes de pisar el nuevo suelo. Transcurrido ese espacio de tiempo, podremos terminar de cubrir los rincones cortando a medida las baldosas con el cortador de cerámica y repitiendo los pasos anteriores.

Sugerencias

Una magnífica opción, si disponemos del suficiente presupuesto, es instalar un sistema de calefacción de suelo radiante. Aunque en obras nuevas es mucho más sencillo de incorporar, también es posible hacerlo en cuartos de baño de viviendas ya construidas. Eso sí, deberemos contar con la ayuda de un profesional para llevar a cabo su instalación (tras la cual, podremos instalar el suelo nosotros mismos siguiendo los pasos indicados previamente).

Por último, también debemos valorar la conveniencia de adquirir baldosas antideslizantes, disponibles en el mercado con distintos modelos, formas y colores, perfectamente adaptables a todo tipo de ambientes y estilos y que, por descontado, aportan un plus de seguridad a nuestro baño que bajo ningún concepto podemos despreciar.

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