Si vas a realizar una reforma y te planteas la posibilidad de apostar por una pared de ladrillo, sabrás que esa es una de las tendencias en decoración que se encuentran en mayor auge. El ladrillo genera contrastes muy interesantes porque proporciona un cierto aire industrial e incluso genera un interesante contraste con otras estancias de la casa de estilo más clásico. Su versatilidad es mucha, porque podemos contar con una pared de ladrillo en una habitación, un salón, una parte de office en la cocina o un vestíbulo.

Las combinaciones son infinitas, aunque se recomienda no excederse en su uso salvo que se trate de una vivienda muy grande, con techos altos y sin tabiques, estilo ‘loft’. Si tienes ciertas nociones del arte de decorar estanterías, obtendrás resultados espectaculares. Ya cuentes con una pared de ladrillo que quieras reformar, o quieras ‘crear’ una nueva, aquí podrás descubrir algunos consejos antes de ponerte manos a la obra.

Pintar el ladrillo es menos costoso de lo que parece

Puede que el color original de una pared de ladrillo no te acabe de convencer, o que los años lo hayan estropeado. En ese caso, pintarlos es una excelente solución. Para ello, en primer lugar tendrás que limpiarlos en profundidad, arreglar las grietas y, en la superficie de los ladrillos, aplicar una capa de pintura base de látex. Después deberás aplicar 2 capas de una pintura especial que se denomina elastodínamica, y que resulta muy útil para proteger los ladrillos y al mismo tiempo para completar sus grietas. A continuación ya puedes comenzar a pintar la pared, bien con rodillos o con rociador (más caro pero más rápido). No olvides utilizar una brocha de pintar para zonas como las esquinas de las ventanas y de las puertas, donde es más difícil llegar de otro modo. Cuando la pintura esté seca podrás aplicar una segunda capa. 

La imitación es una buena alternativa

Si no cuentas con una pared de ladrillo ‘natural’ en tu domicilio no tienes de qué preocuparte, porque el mundo de la decoración ofrece varias soluciones efectivas para imitar ese efecto. Una primera opción son las piedras y los azulejos que imitan al ladrillo, aunque su instalación te obligará a una reforma completa de esa pared que te llevará tiempo y cierta inversión. La alternativa, que puedes encontrar en tiendas de bricolaje, son las plaquetas decorativas de interiores, que ofrecen un efecto idéntico al de los ladrillos originales. Podrás elegir entre varios colores y tonalidades, como por ejemplo la del material envejecido. La sensación visual y hasta el tacto que ofrecen son idénticos al de los ladrillos. El material en el que están fabricadas es yeso o, en algunos casos, hormigón. 

Doble función; también es aislante

Las plaquetas de yeso u hormigón que puedes colocar en una pared para imitar a los ladrillos no solo tienen una función decorativa, sino que ofrecen prestaciones como aislante, tanto acústico como térmico. Estas plaquetas tienen un grosor que puede oscilar entre los 6 y los 10 mm, lo que aminora el sonido del exterior y además contribuye a reducir el consumo del sistema de calefacción en invierno y del aire acondicionado en verano.