Diseñar y llevar a cabo uno mismo la instalación de un taller de bricolaje en casa puede reducir enormemente su coste, es cierto. Sin embargo, incluso así la inversión a realizar, si contamos herramientas, materiales, componentes e instalaciones, sigue siendo considerable.

Aunque incremente el coste, montar un taller en casa bien equipado, de forma eficaz y eficiente, hará que sea más cómodo y seguro trabajar en él. El coste de la inversión lo podremos recuperar si planificamos bien nuestro proyecto, apostamos por materiales de calidad y larga duración, y proyectamos sus posibilidades más allá del ámbito doméstico. 

Si te interesa este tema, no te pierdas nuestra guía gratuita:

Reducir los costes y ampliar los beneficios del taller

El modo más rápido y sencillo de rentabilizar un taller es reducir sus costes de instalación y mantenimiento, y a ser posible ampliar los beneficios que con él se obtienen, o al menos hallar el modo de conseguir algún tipo de remuneración por el uso que hacemos del mismo.

Reducción de costes

Respecto a la reducción de costes, debemos tener en cuenta los dos momentos en los que plantear cualquier estrategia de ahorro:

• Durante la instalación. Realizando el trabajo nosotros mismos o eligiendo materiales que ofrezcan buena relación calidad-precio.
• Durante su uso. Los costes de mantenimiento de un taller no son escasos. Horas de luz,uso de maquinaria potente… minimizar el consumo energético durante el uso y la instalación del taller de bricolaje es clave para  mantener a raya nuestros gastos mensuales en suministros. En la guía Cómo ahorrar energía en casa se exponen algunos consejos y trucos útiles para reducir la factura energética del hogar, aplicables también a espacios como un taller doméstico. 

Rentabilizar el taller

Rentabilizar el taller puede parecer algo más difícil, pero en absoluto es imposible. Encontrando una salida comercial a nuestra actividad tallerista doméstica podemos, incluso, generar una línea de ingresos complementaria que ayude enormemente a la economía familiar.

Internet juega a nuestro favor para este propóstio. Con la instalación de un taller de bricolaje es posible comercializar manualidades o productos de elaboración propia en la red. A través de páginas especializadas, resulta mucho más sencillo y rentable de lo que la mayoría de nosotros se imagina. También con Internet es posible entablar relaciones con usuarios de redes sociales interesados en intercambios de bienes y servicios. Con ello podemos ahorrar importantes sumas de dinero, ya que pondríamos a disposición de terceros nuestras habilidades como talleristas a cambio de productos o servicios que necesitemos. 

Dar el paso de la comercialización amateur a la actividad regular y profesionalizada (otra opción perfectamente planteable) no es sencillo. Pero uno de los mejores modos de empezar es instalando un pequeño taller en nuestra propia casa: nos ahorramos alquileres, reducimos la factura del hogar (regularizando nuestra situación profesional, se pueden desgravar los consumos atribuibles a la actividad que se realice en la vivienda) y, en el caso de no conseguir dar el impulso comercial suficiente a nuestro taller, podemos volver en cualquier momento al estatus de aficionados sin haber incurrido en grandes gastos.

Sea como sea, tratar de rentabilizar la instalación de un taller de bricolaje no solo es una opción realista, sino inteligente y muy recomendable. Desde la restauración y el reciclaje de muebles y enseres domésticos, hasta la elaboración de piezas artísticas propias, pasando por reparaciones y todo tipo de posibilidades asociadas a un taller, los interesados hallarán en Internet amplia información al respecto. 

Posts relacionados:

• Taller en casa: disposición de los espacios de trabajo
• El banco de trabajo: la pieza clave del taller
• Cómo montar un taller personalizado y confortable

Descubre más consejos para montar un taller de bricolaje en casa con esta guía gratuita: