Aunque pueda parecer difícil de creer, muchos allanamientos e intrusiones en hogares suceden mientras sus inquilinos se ausentan durante unas horas, a veces incluso durante minutos. Frecuentemente, los asaltadores controlan los hábitos y las rutinas de los habitantes de la vivienda que les interese saquear, por lo que una ausencia breve no garantiza por sí misma la seguridad de ningún hogar.

 En esta guía también encontrarás más medidas:

Medidas de seguridad durante ausencias breves

Asegurar los cierres

Además de contar con cierres de seguridad en los accesos a la vivienda (siempre recomendable), antes de abandonar el hogar debemos asegurarnos de cerrar bien puertas y ventanas. Algo básico que no siempre se tiene en cuenta, especialmente en verano (ventanas y balcones abiertos) o durante salidas ocasionales y momentáneas (cerrar las puertas sin pasar la llave, dejar accesos desprotegidos…). No se debe menospreciar en ningún caso la oportunidad que representa, para el posible asaltante, el abandono del hogar, aunque solo sea por unos minutos. Además, una salida momentánea de la vivienda, incluso siendo casual o puntual, puede complicarse por un sinfín de motivos y retrasar nuestro regreso, incrementando la vulnerabilidad de un hogar mal protegido.

Disimular la ausencia

Durante ausencias breves, es recomendable dejar persianas abiertas (con las ventanas debidamente cerradas, por supuesto), luces e incluso electrodomésticos encendidos (como el televisor), que den la sensación de que la vivienda se halla ocupada.

Claro que esto podría representar un aumento en el consumo periódico de electricidad, algo que se puede compensar empleando bombillas de bajo consumo (como las LED, de las que hablamos en la Guía para el uso y el manejo de bombillas LED, con altas prestaciones y muy sencillas de instalar), moduladores de intensidad y temporizadores, componentes que también resultan de fácil manejo e  instalación).

No ofrecer abiertamente información sobre hábitos y rutinas

Como decíamos, si alguien pretende asaltar nuestro domicilio durante las ausencias cotidianas, lo primero que hará será estudiar nuestros hábitos y rutinas. En materia de seguridad, pues, debemos tener muy en cuenta las medidas preventivas a tomar (siempre es mejor prevenir que curar), las cuales incluyen principalmente no ofrecer, sobre todo a extraños, información sobre nuestros horarios y hábitos regulares.

Puede parecer algo obvio, pero no por ello lo suficientemente tenido en cuenta por todo el mundo. En este sentido, se tiene que prestar una atención muy especial a la actividad en redes sociales abiertas y de consulta pública, a través de las cuales cualquier persona puede obtener información sobre nuestra rutina diaria. Compartir determinados mensajes y estados en los social media puede abrir, sin que nos percatemos de ello, las puertas de la oportunidad esperada a quien desee allanar nuestro hogar. La responsabilidad y el sentido común, pues, serán siempre nuestra mejor protección, y también la más económica de todas.

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