Las constantes subidas del precio de los suministros, especialmente del recibo eléctrico, sumadas a un progresivo incremento de la sensibilización social en cuestiones relacionadas con el medio ambiente han propiciado que cada día más gente se preocupe por reducir su gasto energético, por adoptar hábitos más ecológicos y minimizar el impacto medioambiental de sus acciones cotidianas, especialmente de aquellas relacionadas con el consumo de energía eléctrica.
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Cómo ahorrar energía en casa: el recibo de la luz
Actualmente, el coste de la energía eléctrica es uno de los principales focos de debate en foros mediáticos de toda índole, y uno de los principales quebraderos de cabeza ya no solo de titulares de contratos particulares, sino también de pequeños negocios que han visto cómo, en 2014, la cuota fija del recibo de la luz se incrementaba hasta un 70% respecto a los precios de años anteriores. Una tendencia alcista que, lejos de corregirse, parece que se mantendrá e incluso irá en aumento en los meses venideros, obligando a los hogares a tomar medidas urgentes de contención del gasto para poder afrontar el pago de los recibos y evitar ingratas sorpresas a fin de mes.
Últimamente, algunas medidas introducidas por el Gobierno para racionalizar el gasto de luz en los hogares han levantado polémicas y generado suspicacias, sobre todo entre los consumidores particulares que han visto cómo el recibo de la electricidad, además de encarecerse, se complicaba haciendo más difícil su comprensión y a la vez dificultando las posibilidades de planificar y reducir el gasto energético de un modo eficaz.
Es por ello que, en primer lugar, trataremos de entender de qué modo se factura, hoy, la electricidad en España, y qué posibilidades tenemos al alcance para negociar y contratar el servicio de suministro eléctrico que más nos convenga según las opciones disponibles.
Cambios de tarificación: de la TUR al PVPC y la tarifa plana
Hasta el 1 de abril de 2014, el sistema de tarificación de la energía eléctrica se regía por la llamada Tarifa de Último Recurso (o TUR), vigente desde julio de 2009. Según este sistema de tarificación, el consumidor pagaba una cuota fija según la potencia contratada, a lo que se le sumaba un componente variable que dependía de la cantidad de kilovatios por hora consumidos, facturados según el precio marcado en subastas trimestrales.
Con el objetivo de minimizar el impacto de las fluctuaciones del mercado sobre la factura del consumidor y de permitir un mayor control del gasto al usuario, actualmente la tarifa TUR ha pasado a llamarse PVPC, o Precio Voluntario del Pequeño Consumidor, que establece un sistema de tarificación con distintos precios por hora mediante el cual el consumidor sabrá, con cierta antelación, qué horas del día el kilovatio le resultará más barato. Los precios actualizados se muestran en las páginas web del Ministerio de Industria, Energía y Turismo, y de la Red Eléctrica de España, y se podrán beneficiar de este nuevo sistema de facturación los consumidores que dispongan de un contador digital. A los que aún posean un contador analógico, se les aplicará una media diaria para determinar el precio del Kw/h.
Otra opción, más simple que la anterior, es la de contratar una tarifa plana, con la cual el consumidor decide (entre las opciones ofrecidas por las compañías eléctricas) qué tarifa fija anual desea pagar en función de su gasto energético, quedando a salvo de este modo de las fluctuaciones del mercado y abonando siempre la misma cantidad.
Dejando a un lado la cuestión de si estos nuevos modos de tarificación benefician realmente al consumidor, y hasta qué punto simplifican los recibos eléctricos, lo cierto es que se impone como una necesidad apremiante que conozcamos al detalle cuál es el consumo eléctrico de nuestros hogares antes de optar por una u otra opción. Por este motivo, y para mostrar de un modo simple y sencillo cómo ahorrar energía en casa reduciendo el consumo de electricidad, en otros posts trataremos con algo más de detalle qué consumos medios se dan en un hogar estándar.
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