En el mercado de la domótica existen soluciones diferentes. Hay compañías que utilizan lo que llamamos “sistemas propietarios”, esto es, cada fabricante diseña su propio protocolo y el sistema se entiende con él pero no con otros sistemas que utilizan otros lenguajes. Y existen los sistemas abiertos, es decir, que utilizan un lenguaje que es de uso común y por lo tanto pueden entenderse con otros sistemas. Estos son conceptos muy importantes a tener en cuenta a la hora de llevar a cabo una instalación domótica en nuestro hogar.
Existen diferentes usos de la domótica, entre los que podríamos destacar los siguientes:
- Control de fugas: Sería el caso de fugas de agua o de gas. Si el sistema detecta una fuga te avisa y, automáticamente, cierra la llave de paso.
- Control de iluminación: Apagados o encendidos generales, creación de diferentes escenas, etc.
- Control de clima: Enciende o apaga el clima (calefacción o Aire Acondicionado), en función de los parámetros que hayamos decidido y definido previamente.
- Control de persianas o de toldos. Bajar o subir en función de la iluminación natural, del calor, etc.
En definitiva, hay que tener en cuenta que a la hora de elegir un sistema domótico es importante previamente tener claros diferentes aspectos:
Un sistema domótico “abierto” o “cerrado”: Esto es, que los diferentes elementos “hablen entre ellos” mediante un lenguaje estándar o propietario.
- En el caso de un sistema abierto es decir, que utilizan un lenguaje que está totalmente definido y estandarizado en definitiva, pueden entenderse con otros sistemas, lo que permitirá adaptarnos mucho más fácilmente a la instalación dada la diversidad de elementos que nos podemos encontrar: Sistema de climatización, sistemas de iluminación, etc,. Por lo que en instalaciones medianas-grandes, o con previsión de funciones avanzadas e integración total, es mucho más recomendable escoger un sistema abierto (o estándar).
- En sistemas domóticos simples, no es un parámetro tan crítico pues en realidad, necesitamos integrar pocos elementos luego lo que importa, es que la solución cubra y se adapte realmente nuestras necesidades. Utilizan lo que llamamos “sistemas propietarios”
Debe ser flexible: Nuestras necesidades cambian y muchas veces, en el momento de la decisión de ponernos domótica, no tenemos claras todas las necesidades actuales y sobre todo futuras. Por lo que un sistema flexible, te permitirá poder realizar aquellos cambios aprovechando y amortizando la instalación existente.
Del concepto anterior se deriva un sistema distribuido o centralizado: Si realmente estás pensando en un gran sistema donde integrar multitud de elementos, con posibilidades fáciles de ampliación y además se trata de una instalación mediana-grande, escoge un sistema distribuido. Esto nos permitirá ampliar más fácilmente nuestra instalación ubicando los elementos de control donde mejor convenga y por consiguiente, un ahorro en costes de instalación. Por el contrario, en sistemas con poca integración de elementos, tiene sentido que el sistema sea centralizado dada los pocos elementos a integrar o en hogares tipo estudio o apartamento donde apenas existen grandes distancias.
Fácil de usar: Cuantos de nosotros nos hemos leído el manual de uso de nuestro reproductor de DVD. El sistema debe ser intuitivo y fácil de usar dado que convivirá con nosotros durante mucho tiempo. Y aquí, se trata de facilitarnos nuestro día a día.
Una vez claro esto, podemos aventurarnos a escoger la mejor solución que se adapte a nuestras necesidades.
En Simon disponemos de diferentes sistemas que se adaptan a las diferentes necesidades y tipologías de instalación.
Simon Vox.2 y Simon VoxBasic, es una solución muy sencilla para aquellas personas que necesiten soluciones concretas y con poco grado de integración. Muy adaptada para un hogar pequeño-medio.
Por otro lado, las soluciones con Simon Vit@ van enfocadas a un perfil mucho más exigente en cuanto a funcionalidades globales a cubrir e integrar así cómo a una tipología de instalación mucho más grande.
